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El altar de Pérgamo

Redescubrimiento y Excavaciones

"En Pérgamo hay un gran Altar de mármol, de 40 pies de alto, con esculturas importantes; guarda además una gigantomaquia". 

Esta noticia nos la transmite el romano Lucius Ampelius en el Libro de los monumentos memorables (8,44). Desde la Edad Media diversos viajeros habían visitado Pérgamo y se habían interesado por las ruinas de su Acrópolis. Y sin embargo hubo que esperar hasta el último cuarto del S.XIX para que las excavaciones fueran iniciadas. Una vez iniciadas éstas, enseguida se pudo tener una primera imagen de esta metrópolis de la Grecia tardía.

La recuperación de Pérgamo fue sin duda alguna uno de los grandes méritos del Ingeniero alemán de caminos y más tarde responsable de las excavaciones, Carl Humann, quien ya estaba en Pérgamo en el invierno de 1864-65. Desde entonces no desistió de la idea de sacar a la luz esta antigua ciudad, y consiguió que los trabajos pudieran empezar en 1878.

Carl Humann consiguió en Alemania ganarse a los Museos de Berlín para realizar excavaciones arqueológicas en la Acrópolis de Pérgamo. Estas excavaciones llevaron, tras más de ocho años de trabajos, a una sistemática puesta al descubierto de la parte superior de la Acrópolis. Ya en las primeras campañas de las excavaciones Humann consiguió un importante éxito. En el muro bizantino, que en tiempos posteriores había sido construído para rodear a la Acrópolis, encontró losas bien conservadas del gran fresco del Altar de Pérgamo y, en la terraza que había sido construída en su día para el soberbio Altar, se tropezó con los cimientos y otros elementos, especialmente losas del friso de esta, en su tiempo, famosa construcción.

Se llevaron a cabo tres campañas de excavaciones, que se prolongaron hasta 1886. Y de conformidad con los acuerdos que los Museos de Berlín habían firmado con el gobierno turco, las piezas originales del gran friso del Altar, las del pequeño friso de Telephos y otras esculturas de la Acrópolis fueron a parar a Berlín.

A los pocos años de la apertura del Museo (1901-1908), éste se había evidenciado demasiado pequeño y su construcción ruinosa. Por ello los Museos de Berlín decidieron la construcción de un nuevo y más grande museo, el actual Museo de Pérgamo, que fue abierto al público en 1930.

 

El Altar. Un monumento al culto y a la parte representativa de la ciudad

Sobre una poderosa subestructura, que estaba rodeada por un fresco de 113 mts. de largo y cortada en su parte occidental por una escalera abierta de unos 20 mts., había un pórtico de columnas que cerraba el patio central con el altar del holocausto. En escala ascendente hacia lo monumental aparece aquí la idea de un altar griego que se ha convertido a su vez en monumento autónomo. Apenas son visibles sus relaciones con el Templo de la siguiente terraza al que pertenecía, situado algo más elevado en la Acrópolis de Pérgamo, que era más antiguo –de las postrimerías del S.IV a.C.- y procedente del Templo de Atenea.

Ara marmorea magna

Historia.- Fue construído este monumental altar de columnas en tiempos del rey Eumenes II, hacia los años 170 a.C. El documento de inauguración, que nos ha llegado muy fragmentado, no permite afirmar unívocamente si fue dedicado a Zeus, o a Atenea, o a ambos. Con más conocimiento podemos hablar sobre el trasfondo histórico de Pérgamo, al que este altar debe su origen.

Como el tema del gran friso permite suponer, el tema de la lucha de los Dioses contra los gigantes, fue durante las luchas que, a lo largo de decenas de años, sostuvieron los habitantes de Pérgamo contra las tribus galias invasoras y contra los galatas de Asia menor, luchas que finalmente se convirtieron en guerras decisivas de destrucción y se prolongaron hasta el 165 a.C., cuando los invasores pudieron ser derrotados, sin ayuda además de la gran potencia romana con la que Pérgamo estaba unida. Es bastante probable que Eumenes II mandara construir el altar con motivo de esa victoria.

Civilización.- Ya los antecesores de Eumenes II habían convertido Pérgamo en un centro griego de Cultura, Arte y Ciencia. Una mirada al modelo de la Acrópolis reproducido nos muestra cómo fue aterrazado el Burgo y cómo se enlazan unas construcciones con otras. Aquí estaba la parte representativa de la ciudad con el Gran Altar (1), el Templo de Atenea (2), la Biblioteca (3), los Palacios reales (4), el Teatro (5) y otros edificios públicos, todo lo cual conformaba una magnífica metrópolis del mundo helenístico.

De la época griega y romana se conservan de la Acrópolis el Templo de Atenea, de estilo dórico, el Traianeum, templo corintio, restos del teatro y un templo de estilo jónico. En Pérgamo se han hallado asimismo restos del acueducto, del gimnasio y ruinas del foro.

En el reinado de Eumenes II, en Pérgamo se fabricó por primera vez el pergamino, lo que dio el nombre a la ciudad, y que sustituiría al papiro.

Arte.- La ‘Gigantomaquia’ fue un tema del arte griego representado a menudo. Fue representada, por ejemplo, en los adornos y ropajes de las estatuas del culto a Atenea Parthenos en Atenas, que eran trasladadas de fiesta en fiesta. Las mismas métopas del Partenón muestran escenas de esa lucha. En Atenas esa alegoría llegó a ser, así como también las luchas mitológicas del Estado ático entre griegos y amazonas, expresión manifiesta del triunfo de los atenienses sobre sus enemigos. Esta idea también ha tenido que estar presente en Pérgamo, cuando se ha recordado este tema mitológico y con ello se ha inmortalizado la victoria contra los enemigos de Pérgamo. El mito de la lucha entre los dioses y los gigantes ha sido expuesto con detalle por el poeta Hesíodo en su obra Nacimiento de los Dioses.

El Altar de Pérgamo constituye el conjunto escultórico más importante del arte helenístico. Su friso de colosales proporciones va decorado con esculturas que representan una gigantomaquia. Se conserva parcialmente en el Pergamon Museum de Berlín.

JF