Hermanados por el arte

 

Estudiantes de Instituto de Donostia y de Alemania han culminado un . intercambio cultural dentro del programa europeo Comenius para jóvenes
CRISTINA TURRAU/
última pagina del DV  del 14 de Abril del 2003
Los estudiantes alemanes y donostiarras, con sus profesores, en el Instituto Usandizaga. [SARA SANTOS]
Bocadillos, Ibarrola y los juegos de la playa de Ondarreta. Esos son los mejores recuerdos que se llevan del País Vasco los doce alumnos del instituto Emil von Behring, de Grosshansdorf, cerca de Hamburgo, que han pasado quince días conociendo las últimas propuestas del arte vasco. En su calendario de actividades, la visita al bosque de Oma, el Guggenheim, Chillida Leku, los apóstoles de Oteiza en Arantzazu y Arteleku. Sus anfitiriones, alumnos del instituto Usandizaga-Peñaflorida. Y la vía de contacto, el programa europeo Comenius, diseñado para estimular los contactos entre jóvenes de la UE.

«En setiembre 15 estudiantes de alemán del instituto Usandizaga de Donostia se trasladaron a Alemania y ahora han sido los estudiantes alemanes los que han venido aquí», explica Patxi Iturrioz, profesor de alemán y coordinador de programas europeos del centro. «El intercambio tenía que realizarse dentro de este curso y diseñamos un proyecto artístico y
 lingüístico que entraba dentro de los objetivos marcados por la Unión Europea».

Personaje renacentista

El programa toma el nombre de Jan Amos Comenius, personaje checo nacido en 1592, que está considerado el precursor de la pedagogía moderna. Se admiten proyectos que busquen mejorar la calidad de la enseñanza, reforzar su dimensión europea y promover el aprendizaje de idiomas y la movilidad.

A los 16, 17 y 18 años, ¿quien puede resistirse a viajar? «Tengo en casa a dos estudiantes, Patrick y Philipp y la relación es muy buena, aunque cuando nos juntamos todos, tendemos a ir los de cada instituto agrupados. Es cuestión de costumbre». Aún así, programas como Comenius sirven para acercar distintas formas de vida. En su visita a Alemania visitaron Berlín y la famosa feria de arte Documenta, de Kassel. El balance es positivo, aunque como explican Estibaliz Haro y María Iñiguez, «cuesta acostumbrarse a los cambios». «Las comidas son distintas y los horarios también. Allí a las siete de la tarde, cenan. Creo que nuestra calidad de vida es mejor».

De esta manera opina Renate Schoeneich, profesora de arte que acompaña a los alumnos alemanes. «Lo que más me ha gustado es la manera de vivir de aquí y el Chillida Leku», afirma. Klaus Müller, director del instituto alemán, considera que «la visita ha sido un buen complemento al trabajo que hemos realizado en Alemania».

Del recorrido cultural realizado, los alumnos alemanes se quedan con Ibarrola y el bosque de Oma, en Vizcaya. «Tuvimos la oportunidad de hablar con el artista durante una hora y media», recuerda Tabea. «Nos explicó su filosofía, su manera de entender el arte y su concepto de la tridimensionalidad, reflejado en los árboles pintados de Oma».

La visita a Ibarrola les puso enfrente la otra realidad del País Vasco. «Vimos las pintadas contra el artista y sabíamos que había un problema de violencia antes de venir. Nuestros padres nos han hablado de la Baader Meinhoff y no comprendemos los motivos por los que hay violencia aquí».

Entre el Kursaal y el Guggenheim, se quedan con la obra de Ghery. Del monte Igeldo se llevan el recuerdo de sus paraguas rotos por el viento. ¿Y los pinchos?. «Vienen con poco dinero, son estudiantes», recuerda el profesor. «Nos han gustado los bocadillos, la tortilla y las ensaimadas cubiertas de chocolate», dicen.