Die Schule: Emil-von-Behring-Gymnasium, Großhansdorf
Llegamos de mañanita el día 2 a la estación de Hamburgo. Allí nos recogió a cada uno de nosotros la familia que nos acogía. Nos llevaron a sus casas, a un pueblo llamado Großhansdorf, situado a unos 20 minutos de Hamburgo en coche y a unos 30/35 minutos en tren.
Ese mismo día, lunes, hacia las once de la mañana fuimos al Instituto, que está muy bien situado, en medio del pueblo. El Instituto se llama ‘Emil-von-Behring-Gymnasium’ y está dividido en tres partes: una la Grundschule (escuela primaria), luego el Gymnasium (el Instituto) y finalmente la zona del Abitur (para los que se preparan para hacer la reválida o examen final de bachillerato).
Allí el tema de la matriculación por cursos es diferente que el de San Sebastián. El curso empieza en agosto –sólo tienen seis semanas de vacaciones en verano-. En un curso entran los alumnos que han nacido entre agosto y diciembre de un año (por ejemplo, 1987) y también los nacidos entre enero y julio del año siguiente, es decir, en este caso, de 1988. Resumiendo, que la matrícula se hace teniendo en cuenta el calendario escolar y no el año natural.
El Gymnasium está rodeado de villitas -todo el pueblo es de villas, de casas unifamiliares- y dispone de grandes instalaciones deportivas, en las que los alumnos practican los deportes de su gusto. Y las aulas son amplias, con mucha luz natural. También nos llamaron la atención las pizarras, pues tenían a ambos lados como hojas batientes, de forma que la pizarra se hace el doble de grande si hace falta y en los batientes también se puede escribir por detrás; y las cortinas, con tecnología avanzada, que nosotras nunca habíamos visto en ningún colegio o instituto de San Sebastián. Eran automáticas, estaban recogidas y en el momento en que empezaba a entrar algún rayo de sol no había más que pulsar un botón y las cortinas bajaban hasta donde una quería.
Algunos de los pasillos estaban pintados, bueno las paredes, con graffitys y dibujos como los que se ven también por aquí en algunos sitios; también había algunas puertas pintadas y por medio de esos dibujos se indicaba qué asignatura se daba en ese aula.
En la escuela había patios diferentes, uno de ellos era para los fumadores, otro para los alumnos mayores y otro para los más pequeños.
En el instituto había también un local con una máquina automática, en la que podías comprarte un chocolate, café, … Ah! Se nos olvidaba, el colegio estaba limpísimo.
EB/NG